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«No es una Cata… es algo más. No es un Tiramisù… es algo más.

Es más que la suma de los ingredientes.»

El Catamisù es una nueva tendencia en el mundo de las catas: consiste en recuperar tanto el sentido ancestral de las ceremonias, donde el protagonista era el vino sagrado, como el sentido social y relacional del beber y comer en compañía.

Se trata de una nueva forma de catar vinos; un experimento gustoso para saborear lo divertido que es relacionarse en compañía de buenos vinos y de «buon gustai«, nuevos amigos y amigas, en una atmósfera “tutta all’italiana”, donde  compartir secretos… uno empezó en las noches frías de Treviso, hace ya muchos años…es un secreto afrodisíaco que os tocará desvelar…todo esto se llama Catamisù.

Empezamos la cata, por ejemplo, con un vino dulce italiano diferente: un Moscato d’Asti, un vino de baja graduación y que conserva muchos azucares, para ello se interrumpe la fermentación antes de que las levaduras consuman todo el azúcar y lo conviertan el alcohol. Es un vino blanco, ligero, agradable, con una ligera aguja producto del gas introducido durante el proceso, pero no es una burbuja agresiva, una burbuja molesta. Es el hermano menor de Asti spumante, con una producción mucho menor y hecho a base de la uva Moscato bianco, importada en la antigüedad por los griegos en el sur de Italia. Siguiendo el hilo mágico del discurso, los participantes se sumergen en «otro mundo», muy especial, donde a través de una serie de historias y ejercicios creativos viajan a la leyenda, guiados por la receta del tiramisù en versión teatral, jugando con las emociones, los recuerdos, a través de interacciones y experiencias artísticas que pasan por el cuerpo. … es que en Italia no sabemos donde acaba la historia y empieza la leyenda. Muchos vinos pero participan de ella. ¿Quién puede negar que… un plato compartido con nuevos amigos y arte sabe a mucho más?

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PASIÓN POR EL VINO Y POR EL ARTE.

Articulo de Nuria Pereira Martinez.

Ayer durante la inauguración de nuestro Espacio Coworking Campus Stellae, entre otras cosas se cerró el convenio de colaboración entre dos de nuestros coworkers: Carlos Muñoz propietario de Dovinum y Liana Vella directora del Máster Medical Humanities y Arte, de Instituto Europeo Campus Stellae.

La verdad es que este proyecto es uno de los mas interesantes y creativos que ha surgido en nuestra sede Coworking este año, y que han tenido a bien bautizar con el nombre Catamisú. Catamisú está dentro de la nueva tendencia en el mundo de las catas, que consiste en recuperar el sentido ancestral de las ceremonias, donde el protagonista era el vino sagrado y que solo unos pocos, podían disfrutar.

La nueva fusión entre la cata de vinos y las representaciones musicales, teatrales y de performance tienen cada días mas éxito. Dicen que el Catamisú no es una cata y que tampoco es reconstruir la receta del Tiramisù. Catamisú es algo más que un experimento para saborear lo divertido que es estar en compañía, degustando buenos vinos italianos en una atmósfera como dicen los italianos de: tutta all’ítaliana». En estas catas de diciembre se compartirá un secreto, que comenzó en las frías noches de invierno en Treviso hace ya mas de 300 años.

Pues vamos allá… Todo comienza en la Toscana en el Siglo XVII, en donde nació el Gran Duque Cosimo III de Medici. Se dice que al Gran Duque le precedía su fama de goloso, con lo cual en una de sus visitas al Siena, le homenajearon con un delicioso postre, el Zuppa del duca o Sopa del Duque y que el se llevó a su regreso a la corte de los Medici en Florencia. Años mas tarde la fama de este postre llegó a Venecia, donde se convirtió en postre de moda de los cortesanos.

¿Pero por qué? He aquí el motivo:

A este manjar se le atribuían propiedades afrodisíacas con lo cual se popularizó la costumbre de que antes de un encuentro amoroso, se debía tomar una buena porción. Razón por la cual la Zuppa del duca cambió su nombre y pasó a llamarse: Tiramisù, que quiere decir: «tira-mi-su», «tírame arriba» o levantame el ánimo…

Años más tarde llegó su fama a la región italiana del Veneto, y enseguida los clientes de los burdeles de Treviso comenzaron a reclamar este delicioso manjar.

Pero fué en el año 1968 cuando Alfredo Beltrame  lo incluyó en el menú de su cadena de restaurantes Toulá con sede en la ciudad de Treviso, en el Veneto. Beltrame realizó la que se considera la receta original, usando huevos y azúcar batidos, bizcochos Savoiardi (bizcochos de soletilla) mojados en café, que despierta el animo y es un estimulante natural, que junto con el cacao en polvo espolvoreado por encima, confieren al este postre mucha energía. Otros maestros pasteleros mas recientes son Ada Campeol y Roberto Linguanotto que añadieron al café, el huevo y la nata como una forma de reforzar su valor reconstituyente.

Pues todo esto se une en el Catamisú, donde se hará la cata de los vinos espumosos italianos aportados por Dovinum, y además la clase teatralizada de la receta del tiramisù a cargo Liana Vella.

Nuria Pereira. Directora del Instituto Europeo Campus Stellae.

 

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